Ya de bebé, Pablo Messiez agarraba la radio y se quedaba dormido escuchando ópera. De niño, devoraba los musicales de Hugo Midón, cuyas canciones interpretaba en la soledad de su habitación. Y de adolescente, empezó a fascinarse por las grandes divas, desde Nacha Guevara hasta Ella Fitzgerald o Nina Simone, a la que rindió homenaje en La Otra mujer, un musical que pudimos ver hace unos meses en el Teatro Kamikaze. Ahora, Messiez rinde tributo no solo a las canciones, sino a la importancia, la necesidad y el placer de escuchar. ¿Cuál es la relación entre la música y el cuerpo? ¿Qué ocurre cuando la onda sonora toca el cuerpo y hace que algo se mueva? ¿Cómo sería ese primer […]